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APERTURA DEL PROCESO DEL MARTIRIO DE 130 FIELES DIOCESANOS

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La Sacristía de la Santa Iglesia Catedral ha acogido el solemne acto de apertura del proceso de beatificación de 130 fieles de la diócesis de Jaén, que murieron en defensa de su fe, entre los años 36 y 39.

En el acto, presidido por el Obispo de la Diócesis, Don Ramón del Hoyo López, y en el que han estado presentes, además de numerosos miembros de la curia diocesana, familiares y amigos de las 130 personas incluidas en el proceso, han prestado juramento de sus funciones, junto al postulador de la causa, D. Rafael Higueras, los distintos miembros del Tribunal Eclesiástico, nombrados por el Sr. Obispo para tal fin.

Entre los 130 fieles diocesanos incluidos en el proceso de beatificación bajo el nombre de “Proceso del Martirio de D. Manuel Izquierdo Izquierdo y 129 compañeros” (por ley toma nombre del de más edad),  se encuentran, 109 sacerdotes, una religiosa de clausura, un matrimonio, 17 varones seglares y un sacristán con discapacidad intelectual. Todos ellos, asesinados entre los años 36 al 39 en Jaén y su provincia, en Constantina (Sevilla), Granada y Vallecas (Madrid). Entre los fieles a los que se pretenden beatificar, hay cuatro parejas de hermanos, dos de ellos sacerdotes. Un presbítero de 26 años que hacía pocos días había sido ordenado. También, un cura que pidió al carcelero, sustituir a un hombre, padre de familia que iba a ser ejecutado. 130 historias de fe viva.

En el acto de apertura del proceso, el Obispo ha tenido unas entrañables palabras para aquellos, que a causa de su fe, perdieron su vida “Que este nuevo proceso de martirio, como el anterior que concluimos ya en esta Iglesia, supongan la reconciliación plena desde el perdón dado y recibido.  Significa, en definitiva, el triunfo de la voluntad de Dios Padre de las misericordias, del perdón y de la paz, en este año jubilar extraordinario de la misericordia”.  Además, ha añadido Monseñor del Hoyo López, “En el proceso que vamos a abrir hoy, en su fase diocesana, tenemos que destacar que estos 130 bautizados murieron “in odium fidei”, por odio a la fe, no por otras razones. No quisieron renegar de bien tan grande y murieron confesando a Cristo. Eran personas creyentes en las que la fuerza de Dios actuó en aquellos momentos de forma especial, como en la muerte del diácono san Esteban. Verían también de alguna forma «los cielos abiertos»”.

PROCESO

El proceso de beatificación que ahora se abre, es largo en el tiempo, pude durar unos seis años, aproximadamente. Pero a la vez le precede una amplia labor de trabajo de años, ya que al ser un proceso de  personas que murieron en defensa de su fe hace 70 años,  hasta la fecha se han ido recogiendo hasta seiscientos testimonios así como pruebas documentales e históricas.

Una vez iniciado el proceso, en Jaén se llevará a cabo la instrucción del mismo: se conformará una comisión histórica que tomará declaración a los testigos a la vez que determine la validez de los testimonios “Ne Pereant”, esto es, que se hayan recogido de testigos ya fallecidos. El proceso de instrucción puede durar unos dos años, antes de llevar la instrucción a Roma.

Será en el Vaticano, donde la Congregación para la Causa de los Santos, en una primera instancia quien dé validez a todo el trabajo sobre la Causa realizado en la Diócesis a través del: “Sumario”, volumen donde se redacta un ordenado resumen o síntesis de toda la documentación recopilada por parte del tribunal diocesano sobre los testimonios acerca de las de los posibles mártires y la segunda parte es la “Informatio”: documento fundamental que ayuda a los jueces del Vaticano a emitir su voto sobre si los posibles beatos murieron a causa del martirio, y posteriormente el dictamen de Su Santidad.

Estos 130 fieles diocesanos que dieron su vida “in odium fidei”, no necesitarían un milagro para su beatificación, ya que el martirio es causa suficiente para elevarlos a Beatos.

Tras la conclusión del solemne acto de apertura del proceso de beatificación, el Vicario General y Deán de la Santa Iglesia Catedral, D. Francisco Juan Martínez Rojas, ha leído el Decreto, comunicando la notificación de la Congregación de Obispos, recibida por medio de la Nunciatura, por el que el Papa aceptaba la renuncia presentada por Monseñor Ramón del Hoyo López, por motivos de edad, y en el que nombra Obispo de Jaén al hasta ahora Obispo de Plasencia, Monseñor Amadeo Rodríguez Magro. Asimismo, hasta la toma de posesión de Don Amadeo, la Congregación de Obispos ha establecido que Don Ramón sea Administrador Apostólico de la Diócesis de Jaén. El decreto leído por el Vicario General establece, además, que hasta que tome posesión el nuevo Obispo en la plegaria eucarística se pedirá por el administrador apostólico Ramón y pide que la oración de fieles se eleven súplicas por el nuevo Obispo de Jaén.

(Fuente: www.diocesisdejaen.es)


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